Un compañero nuevo

El pádel no es solo competición, ¡PONTE BUENO GRANDULLÓN!

Entrega de premios con Adri

El domingo se celebró el Torneo Express de la paella en el Parc del Garraf. Iba a ser otro de esos Express a los que no me acostumbro por lo de los 20 minutos por partido y rodeado de toda la familia padelera del Parc y algún que otro amigo de los Clubs vecinos. La fatalidad de la lesión de Jordi del Chica, ¡Recupérate rápido Campeón!, me abrió la posibilidad de jugar junto a Gabi Cucho, un argentino zurdo (buena combinación) con el que disfrute mucho por su juego y porque es un tío genial. Gabi sustituiría a Jordi como pareja de Pep Raventos. Como Pep y mi padre se lo pasan de miedo cuando juegan juntos, aproveche la oportunidad para hacer un cambio de “cromos”.

Gabi y yo

Vaya par mi padre y Pep, que si la humedad de la mañana, que si necesito más tiempo para entrar en el partido, que si las bolas mojadas, jajaja, no se clasificaron ni para consolación pero se lo pasaron de miedo.

Gabi y yo llegamos a la final de consolación pero no pudimos ganarla, fue extraño jugar con un sénior que no fuera mi padre, pero Gabi lo hizo cada vez más fácil, en pista se comportó como mi compañero y no como mi canguro, y fuera de ella se mostro tan genial como siempre. En la fase de clasificación me costó bastante adaptarme al diferente juego de Gabi y mi padre, y poco a poco las dudas me llevaron a no tener movilidad.

En el cuadro final mi compañero me dejo un polo oficial de Bela, si si, UNO DE LOS QUE BELA HABIA USADO, y por esas cosas de la psicología, encontré de nuevo aquel empuje de los últimos partidos de Liga con mi padre y todo funcionó mejor. En la final Carlos Cano y Manel Bedmar jugaron muy sólidos y no pudimos repetir la victoria de la fase de calificación.

Otro torneo, nuevas experiencias y mejores lecciones.

La primera es que la elección de un compañero no se debe decidir solo por su nivel y en el caso de Gabi no me equivoqué, hicimos unos buenos partidos y a medida que nos fuimos conociendo nuestro nivel como pareja mejoró.

La segunda, el trabajo constante en pareja suma y suma, he echado de menos los automatismos que mi padre y yo hemos adquirido y ese plus de confianza en mí mismo que he obtenido a su lado. No quiere decir esto que sólo pueda jugar con él, pero he aprendido que en el futuro será tan importante el trabajo con mi compañero como el trabajo individual.

VA FORT!!
MAX